¿Sabe cómo preparar un zumo para que conserve todas sus
propiedades? Pues sepa, en primer lugar, que conviene elegir frutas y
hortalizas de temporada asegurándonos de que estén en su punto óptimo. Así,
elegiremos las que tengan colores intensos, textura firme y aroma agradable. El
resultado será aún mejor si los productos proceden de cultivo biológico ya que
no habrán sido tratados con plaguicidas y poseerán más sabor. Una vez en casa
es importante guardar las frutas y hortalizas en el frigorífico sacándolas de
él justo cuando las vayamos a utilizar.
Hay
que lavarlas directamente debajo del grifo de agua fría y no deben dejarse en
remojo porque podrían perder vitaminas. Además, si para preparar el zumo
necesita pelar la fruta hágalo con el menor número de cortes posible. Siguiente
paso será convertir la fruta u hortaliza sólida en líquido ya sea-según los
casos- licuándola, exprimiéndola o batiéndola. ¡Ah!, y no añada azúcar.
No es necesario ni siquiera en el
caso de las frutas muy ácidas. Una vez obtenido el zumo deberemos tomarlo
inmediatamente para que no se resienta su contenido nutricional, su sabor y su
color evitando la oxidación de sus sustancias activas.
Esto ocurre porque las vitaminas
que contienen los zumos son muy sensibles a agentes físico-químicos como la
luz, el oxígeno y la temperatura y se pierden en contacto con ellos. Este
proceso se puede retrasar añadiendo al preparado unas gotas de zumo de limón o
conservando la bebida en el frigorífico pero tenga en cuenta que la
degeneración del zumo no se detiene. En todo caso, si quiere conservar los
nutrientes del zumo puede congelarlo, algo que además le permitirá preparar
refrescantes y nutritivos “polos” si vierte la bebida en los moldes adecuados.
http://deorienteaoccidente.wordpress.com/2008/06/23/como-curar-con-jugos-de-frutas-y-verduras/